Junto con la Plaza Hradčanské, la Plaza Malostranské (Malostranské náměstí) es la plaza antigua mejor conservada de Praga. Sus amplias dimensiones y su forma regular aparecen desde el siglo XIII, cuando Malá Strana era aun una ciudad gótica independiente. Fue en esa misma época cuando se fundó la antecesora de la iglesia barroca actual, San Nicolás, junto a la cual se alzaba una rotonda románica consagrada a San Wenceslao y que desapareció cuando la orden de los Jesuitas construyó el gran edificio de la casa de la Profesión.

En la actualidad, la plaza está dividida en dos partes, cada cual con su encanto particular. La parte alta de la plaza es una pequeña explanada barroca, tranquila, dominada por la fachada de dinámicas curvas de San Nicolás. En el centro de la plaza se alza la columna de la peste de la Santísima Trinidad, una de las columnas barrocas más bellas de Praga. Detrás de la plaza se despliega el panorama de la catedral de San Vito y del Castillo, cuya silueta crea un efecto particularmente impresionante al cruzar la plaza. Esta “ilusión teatral” es aun más patente en la parte baja de la plaza, cuya composición barroca está dominada por la cúpula y el campanario de la iglesia de San Nicolás, que se alzan en el centro de la plaza, por encima de las magníficas casas burguesas.

El antiguo ayuntamiento de Malá Strana es uno de los edificios antiguos más importantes de la parte baja. Asistió al gran auge de la ciudad durante el reinado de Rodolfo II, gran aficionado al arte. Su arquitectura se inspira en edificios equivalentes de la época en la ciudad de Augsburgo, en Alemania, mostrando de este modo toda la diversidad de influencias estéticas que convergían y se mezclaban en Praga en tiempos de Rodolfo II. En la actualidad el edificio alberga la Malostranská beseda (Círculo de Malá Strana), un restaurante y una sala de conciertos, lo cual testimonia del papel excepcional que tenía y que sigue teniendo en la vida de la ciudad.

En el lado norte, la plaza está delimitada por varios palacios aristocráticos que, por desgracia, han perdido toda su vida al ser anexados al complejo del Parlamento checo.

 Dónde
Malá Strana
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