Este hotel 5 estrellas está ubicado en un antiguo palecete barroco, la antigua residencia de un conde amante de la música y gran mecenas. A orillas del Moldava (Vltava, en checo), tiene una ubicación excelente y central, que hará posible que lleguemos a pie a los principales centros de interés de la capital checa en tan solo unos minutos. Algunas habitaciones del hotel cuentan con una hermosa vista al río. Gracias a los prismáticos que están a nuestra disposición en la habitación, podremos admirar el castillo de Praga, el puente Carlos y la colina de Petřín.
El establecimiento está compuesto por dos edificios que hacen parte del patrimonio cultural de la República Checa; uno data del siglo XVI y el otro del siglo XVIII. Por esta razón, cada una de las habitaciones es única, amplia y con un alto techo. Nos sentiremos como viajando en el tiempo, a la época de Mozart, gracias a las grandes camas con dosel y a la decoración del siglo XVIII (desde los sillones hasta las lámparas de cabecera), clásica y elegante.
Cada una de las habitaciones y suites del hotel cuenta con una pequeña cocina, la cual está muy bien disimulada.
Adicionalmente, los clientes tienen a su disposición un instituto Sisley, para disfrutar de maravillosos tratamientos para el cutis o masajes. El salón donde estos se llevan a cabo está recubierto por extraordinarios frescos, tanto en las paredes como en el techo.
