¿Cuándo ir a Praga?
Praga es una ciudad con un encanto especial que podrá disfrutar en cualquier época del año.
Si se pregunta qué tiempo hará durante su visita a Praga, consulte nuestro artículo sobre el clima en Praga.
Praga en primavera y verano
La llegada del buen tiempo marca un punto de inflexión en la vida de Praga. Las temperaturas se suavizan y los días se alargan, lo que es ideal para pasear por las calles de la Ciudad Vieja y Malá Strana. No obstante, hay que tener cuidado, ya que los meses de abril y mayo atraen a muchos turistas y el centro de la ciudad se llena rápidamente. Los mercados de Pascua también animan las grandes plazas de la capital.
No dude en perderse por las numerosas callejuelas que suelen pasar desapercibidas para la mayoría de los turistas o visitar los barrios de Vinohrady, Karlín y Holešovice. Se mezclará con la vida local y descubrirá lugares poco frecuentados por los turistas de paso.
Los parques y jardines también son una parada obligatoria si visita Praga bajo el sol.
Para disfrutar de las vistas panorámicas de Praga al atardecer, diríjase al parque Riegrovy sady, desde donde podrá admirar el Castillo de Praga desde la colina, o al parque Letná para disfrutar de la cervecería al aire libre que ofrece vistas a la Ciudad Vieja.
Praga en otoño e invierno
Aunque el frío llega bastante pronto, el otoño es una época mágica en Praga y en la República Checa. Los tonos rojos, naranjas y marrones hacen que la ciudad sea muy fotogénica.
El mes de noviembre se caracteriza por la escasa afluencia de gente en las calles. Es el momento ideal para descubrir la capital si te gusta la tranquilidad.
Por el contrario, el mes de diciembre, marcado por los preparativos para las fiestas de fin de año, atrae a mucha gente y forma parte de la temporada alta en Praga. Cada vez son más los turistas que disfrutan de la magia de esta época, los mercados navideños y desean descubrir la ciudad festiva y, a veces, cubierta por un hermoso manto blanco. ¿Por qué no pasar la Nochebuena o la Nochevieja en Praga?
Si desea descubrir Praga bajo el encanto invernal, pero lejos de las multitudes, ¡viaje en febrero! Los precios de los vuelos y el alojamiento son relativamente más bajos que durante el resto del año. ¡No obstante, lleve ropa de abrigo!
