Un símbolo de revolución y de libertad...

La casa danzante es, sin lugar a dudas, el monumento más célebre edificado en Praga desde la Revolución de Terciopelo, en 1989. Sus formas danzantes y flotantes evocan con alegría el ambiente de libertad que reinaba en Checoslovaquia cuando cayó el régimen comunista.

El emplazamiento del edificio quedó libre a causa de unos sucesos trágicos: durante una misión de bombardeo, en febrero de 1945, un bombardero confundió Praga con Dresde a causa del mal tiempo. Durante los cincuenta años posteriores, el solar permaneció desocupado, aunque era bien conocido para la disidencia praguense de los años 70 y 80: el disidente Václav Havel vivía en la casa contigua y estaba vigilado constantemente por la policía secreta del régimen. Por otra parte, la vivienda de Havel fue el lugar en el que se gestó la idea de construir un edificio en dicha parcela, que simbolizara la libertad reconquistada. El primer arquitecto que trabajó en el proyecto, Vlado Milunič, se esforzó por captar la energía que se podía sentir en la sociedad checoslovaca en noviembre de 1989.

Fue el célebre arquitecto estadounidense Frank O. Gehry el que dio el toque final al proyecto, confiriéndole una forma que alude a la legendaria pareja de bailarines Ginger Rogers y Fred Astaire. Algunos interiores del edificio fueron concebidos por la gran arquitecta Eva Jiřičná, de origen checo.

 Dónde
Ciudad Nueva

La casa danzante alberga en la actualidad la galería Tančící dům, así como un restaurante panorámico, Ginger & Fred. Gracias a estos dos establecimientos, el edificio está abierto al público.

Hélène, Avantgarde Prague
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