A primera vista, la Plaza Wenceslao (Václavské náměstí) tiene el trazado típico de una avenida en las grandes ciudades del siglo XIX. Sin embargo, la plaza es en realidad mucho más antigua: fue el emperador Carlos IV en persona quien ordenó dibujar el perímetro en 1348, convirtiendo a la nueva plaza Wenceslao en una de las vías principales de la Ciudad Nueva gótica, recién fundada. Al principio, la plaza estaba delimitada por dos puertas: en la parte baja, la puerta Na Můstku (puerta de la Pasarela), por la que se accedía a la Ciudad Vieja. En la parte alta, Koňská brána (la puerta de los Caballos), que conducía fuera de la ciudad. La puerta baja, hoy desaparecida, ha dejado su lugar a una calle que lleva su nombre. En cuanto a la puerta alta, fue demolida en el siglo XIX y su lugar lo ocupa el impresionante edificio neorrenacentista del Museo Nacional, cuyo pabellón central, claramente inspirado en el pabellón del Reloj del Louvre, corona espléndidamente toda la perspectiva de la plaza.

La mayoría de los edificios que se alinean en la plaza Wenceslao datan de los siglos XIX y XX. Sin embargo, encontramos entre ellos algunas edificaciones barrocas, especialmente en la parte baja, prueba de los orígenes antiguos de la plaza. Este contraste entre los grandes edificios modernos y las pequeñas casas burguesas de hace varios siglos es uno de los rasgos característicos de la plaza.

La edad de oro de la plaza Wenceslao se sitúa entre el periodo fin de siecle (finales del siglo XIX) y el fin de la primera República Checoslovaca (finales de los años 30). Fue en esta época cuando la antigua plaza se transformó en un corazón que bate al ritmo de una metrópolis moderna, con sus cines, cafés, tiendas y pasajes que forman un laberinto animado por una activa vida urbana, tanto de día como de noche.

En el transcurso del siglo XX, la plaza Wenceslao fue escenario de numerosos sucesos trágicos o afortunados, que en general tuvieron lugar con un gran simbolismo junto a la estatua de San Wenceslao, patrón de Bohemia. Fue en la plaza Wenceslao donde se proclamó en 1918 la creación de la nueva República Checoslovaca. También fue aquí donde el pueblo checo se despidió de su primer presidente Tomáš Garrigue Masaryk y donde, unos pocos años después, tuvo que sufrir la humillación de aceptar el sometimiento al Tercer Reich. Es aquí donde se celebra el final de la Segunda Guerra Mundial y la libertad recuperada, libertad que desapareció rápidamente bajo la dictadura comunista: en aquella época, la plaza albergaba manifestaciones obligatorias para mostrar esta vez el sometimiento a la Unión Soviética. En 1968, fue aquí donde algunos checoslovacos tomaron las armas contra el ocupante ruso. Aun hoy son visibles los impactos de las balas que acribillaron el Museo Nacional. Aquí fue donde, el año siguiente, en enero de 1969, el estudiante Jan Palach se inmoló trágicamente ante el Museo, para protestar contra la resignación con que el pueblo checoslovaco aceptó la ocupación soviética. La plaza de Wenceslao asistió también a las violentas represiones que caracterizaron las manifestaciones contra el régimen comunista a finales de los 80. Y gracias a una de estas grandes concentraciones, en noviembre de 1989, el régimen se derrumbó definitivamente. Por todos estos acontecimientos, la plaza de Wenceslao fue, es y será ciertamente el lugar más simbólico de Praga y de todo el país.

 Dónde
Ciudad Nueva
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