Vinohrady es en cierto modo el gemelo opuesto de Žižkov, el barrio vecino. A diferencia del célebre barrio de ambiente proletario, Vinohrady se distingue por su lujo burgués, que se refleja incluso en la estructura del barrio y en la arquitectura suntuosa de las casas que lo componen. En la época de su fundación y auge, Vinohrady era una ciudad autónoma que intentaba competir con Praga mediante la grandeza de su arquitectura y su ambición. Las calles rectilíneas, la belleza de las fachadas, los edificios públicos grandiosos… todo ello contribuye a que Vinohrady sea el arquetipo de la ciudad rica de finales del siglo XIX. En la ladera sur del cerro, las manzanas de edificios dan paso a casas familiares, siendo la más impresionante la neorrenacentista del industrial Moritz Gröbe, rodeada de un vasto parque romántico. Las más lujosas se concentran en las inmediaciones del gran parque Riegrovy sady, desde el cual, por cierto, se pueden admirar unas de las mejores vistas de la ciudad. La atmósfera distinguida característica de Vinohrady ha resistido admirablemente a las vicisitudes del siglo XX, incluso durante décadas de régimen comunista, que consideraba a los habitantes de este barrio como un perfecto ejemplo de los enemigos de clase a los que había que castigar de manera ejemplar o incluso reeducar por la fuerza. Sin embargo, el barrio no ha sufrido ninguna demolición masiva y las reformas de las casas de estilo historicista no han sido muy agresivas. Incluso las dos plazas principales del barrio han quedado intactas: por una parte, la plaza Náměstí Míru, alineada con una avenida que une Vinohrady con la Ciudad Nueva y marcada por la iglesia neogótica de Santa Ludmila, el teatro Divadlo Na Vinohradech y la casa Nacional. Por otra, la plaza Jiřího z Poděbrad, dominada por la extraordinaria iglesia del Sagrado Corazón, obra del arquitecto esloveno Josip Plečnik.

Principales monumentos:

Entre las joyas arquitectónicas de Vinohrady, citemos los edificios ya mencionados: la casa Gröbe, de estilo neorrenacentista, la iglesia de Santa Ludmila, de estilo neogótico, y la iglesia del Sagrado Corazón, obra de Plečnik y que aúna admirablemente la arquitectura moderna y el lenguaje simbólico y atemporal de la arquitectura mediterránea.

Hay también otros edificios igual de interesantes, como el impresionante edificio del editor Jan Laichter, obra de Jan Kotěra, pionero de la arquitectura moderna checa y cuya austeridad moderna se inspira en la arquitectura de ladrillo de la Europa nórdica.

Entre las edificaciones más modernas, cabe mencionar la torre de televisión de Žižkov, que fue una de las últimas actuaciones del régimen comunista en la zona. Esta torre de doscientos metros, erigida en el asentamiento de un cementerio judío demolido por las excavadoras, domina todo Žižkov, como una nave espacial llegada desde otra galaxia. No obstante, dejando de lado el contexto legal y la polémica, su arquitectura es de una gran calidad y la torre es comparable a obras equivalentes de la época en Europa occidental. Está abierta al público y ofrece unas magníficas vistas sobre Praga.

 Dónde
Vinohrady

Dirección

Menu