La cocina tradicional checa es particularmente copiosa y variada. Las influencias alemanas y austriacas ponen a las carnes en primer plano.
La cocina checa está marcada por la presencia de patatas, "knedlíky" (de pan o de patatas) y hortalizas de raíz.
El más famoso es sin duda el jamón de Praga (pražská šunka), una variedad de jamón blanco que a menudo se sirve con nata montada.
También podrá degustar diferentes ensaladas, como la šopský salát, compuesta de tomates y pepinos con queso feta, la ensalada de pepino rallado con vinagre y azúcar y la ensalada dulce de zanahorias y manzanas (esta ensalada se prepara más en familia que en los restaurantes).
Los Checos dicen: Polévka je grunt, maso je špunt.("La sopa es la base, la carne es la guinda del pastel.") En otras palabras, la sopa es una institución en la República Checa. No hay que olvidar tomarla durante el almuerzo, tanto en verano como en invierno.
Entre las más consumidas, podemos citar la sopa a base de patatas (bramboračka), la sopa de coles y tocino (zelňačka), la sopa de ajo y cebolla (česnečka y cibulačka), los caldos de pollo o de res (vývar), la sopa de lentejas (čočková) o la sopa de callos (dršťková), bastante sorprendente. Para los amantes de los sabores ácidos, la kulajda, preparada a base de papatas, huevo, setas y crema, y a veces con eneldo, será una delicia para usted.
A pesar de proceder de Hungría, el "guláš" es parte integrante de la gastronomía checa. Los Checos lo declinan de muchas maneras diferentes: a base de pimiento, de tomate, con jabalí, con res, a la cerveza, como plato principal, como sopa, etc. Tradicionalmente, el guláš se sirve con knedlíky de pan, rebanadas de pan cocido en agua.
Los amantes de lo dulce y salado también tienen dos opciones: svíčková na smetaně (asado de res con nata acompañado de arándanos rojos) y vepřo knedlo zelo (cerdo servido con col dulce y knedlíky). Este último también puede servirse con pato u oca. ¡Un auténtico plato de fiesta checo!
¿Le gusta el sabor único del eneldo? Pruebe la koprovka o koprová omáčka (salsa de eneldo) a base de crema, azúcar y vinagre. Normalmente se sirve con carne de res, huevo duro y knedlíky de pan o patatas como acompañamiento.
Los platos empanados también son otro componente importante de la cocina checa. Casi todos los alimentos tienen su versión empanada. Recomendamos probar el queso empanado (smažák), los champiñones empanados (smažené žampiony) y las coliflores empanadas (smažený květák).
Al estar situada lejos del mar, en la República Checa el pescado no es un alimento habitual. No obstante, la carpa, procedente de los estanques de Bohemia del Sur, constituye el plato tradicional checo de Navidad.
Hay que admitir que la mayoría de los postres checos no son fáciles de digerir (¡al menos no comemos demasiado a la vez!). Citamos, por ejemplo, la špička (el cono), el punčák o punčový dort (pastel de punch), el větrník y el věneček (en forma de corona) – ambos rellenos con crema espesa, y el sacher (pastel de chocolate) que la República Checa heredó del Imperio Austro-Húngaro.
Entre los postres más ligeros, se puede clasificar la rakvička cubierta con nata montada (su nombre, que significa "el pequeño ataúd", se debe a su forma) y el strudel de manzana como otro recuerdo del Imperio Austro-Húngaro.
Asimismo, podrá degustar numerosos postres hechos a base de queso blanco, amapola, canela, vainilla, ciruela, etc.
Otra especialidad local son los platos que se sirven en las cervecerías (hospoda o pivnice) para acompañar nuestra jarra de cerveza. Están reservados a los curiosos, los duros de estómago y los que hace tiempo que dejaron atrás la dieta. Pequeño vocabulario útil:
Si quiere degustar una especialidad culinaria checa, puede probar el chlebíček.
Se trata de una rebanada de pan, o "bocadillo abierto", como los Ingleses lo traducen, y es ideal en cualquier momento del día para cuando le entra un poco de hambre. Tradicionalmente cubiertos de patata, una loncha de jamón, una rodaja de pepinillo, pimiento y huevo duro, hoy en día, los chlebíčky son los tentempiés de moda y ofrecen una gran variedad de sabores: queso de cabra, remolacha, feta, salmón, etc. ¡Hay para todos los gustos!
Los Checos comen chlebíčky en Año Nuevo, cuando celebran una ocasión especial y, a veces, cuando reciben invitados.
¡Son buenos, bonitos y, además, checos!
Tenemos algunos consejos para usted sobre dónde ir en Praga para degustar platos tradicionales:
Restaurantes en Praga con cocina checa:
Restaurantes en Praga con cocina checa y un espectáculo: