En los últimos años, en el centro de Praga, ha venido creciendo una nueva generación de clubes. A diferencia de los primeros lugares que surgieron hace un cuarto de siglo tras la caída del régimen, que solían ser refugios para los artistas underground y ofrecían sobre todo conciertos de rock, los nuevos clubes tienen como lema principal la diversión. Así es este espacio. One Club es un bar donde podemos bailar o sentarnos en unas cajas redondas decoradas con el logo de uno de los grandes productores de champán, donde podremos perdernos en la mirada de quien esté sentado al frente nuestro. Eso sí, el club nos recomienda reservar nuestro espacio. Y creemos que es mejor hacerlo y no tentar la suerte, especialmente durante los fines de semana.
El club cuenta con dos plantas. En la inferior, pueden bailar hasta 500 personas, mientras que en la superior, otras cien pueden disfrutar sentados del lujo decadente que ofrece la vida nocturna de Praga. Por lo general, los DJ son checos, aunque algunas veces también tocan DJ extranjeros. Abierto de miércoles a sábado, la mayoría de las noches giran en torno a un tema, como, por ejemplo, Poker Face o Around the World. La atmósfera es totalmente cosmopolita y sus cócteles, ¡excelentes!